Estudios científicos han demostrado que los malabares contribuyen al desarrollo del cerebro. También se ha relacionado con la mejora de las habilidades académicas y es fantástico para fomentar el espíritu de equipo.
Aprender a hacer malabares no te convertirá de repente en capaz de resolver ecuaciones cuadráticas, ni mejorará instantáneamente tu ajedrez. Lo que se ha demostrado recientemente es que mejora las partes del cerebro que se encargan de alcanzar y agarrar, así como la visión periférica. En las escuelas, los profesores también lo han relacionado con mejoras en el comportamiento, así como en la concentración y la lectura.
También ayuda al desarrollo personal de muchas otras maneras:
Es un excelente ejercicio suave
Mejora la coordinación mano-ojo
aumenta tu velocidad de reflejos
Mejora tu sentido del ritmo
Gran sensación de logro al aprender cosas nuevas
Alivia el estrés y aumenta la sensación de bienestar
Aprender a dividir los problemas en trozos manejables
Mejora la capacidad de concentración
Aumenta la confianza en uno mismo
Despierta el interés por el aprendizaje permanente
Tan competitivo como quieras que sea
y, sobre todo, es divertido
Es un excelente ejercicio suave
El movimiento que se utiliza al hacer malabares es suave, continuo y fluido, lo que lo convierte en un ejercicio aeróbico y físico muy bueno. Ni que decir tiene que cuanto más progresas, mejor se hace.
Mejora la coordinación mano-ojo
Muchas personas afirman que no pueden aprender a hacer malabares porque no tienen coordinación. Esta no es la mejor manera de verlo. La coordinación se aprende haciendo malabares. Nadie nació siendo capaz de hacer esto, todos tuvimos que aprender, y cuanto más aprendemos, mejor es nuestra coordinación.
Aumenta tu velocidad de reflejos
Los malabares implican tomar continuas "decisiones" reflejas para atrapar objetos. Cuanto más lo hagas, mejor y más rápido serás.
Mejora tu sentido del ritmo
Los malabares normales se hacen a un ritmo constante, pero hay muchas formas diferentes de sincronizar los lanzamientos y las recepciones. En su forma más simple, es constante y regular. Como trabajas con la gravedad (que suele ser bastante constante), te darás cuenta de que no puedes evitar caer en ese ritmo constante. Cuando lleves más tiempo en ello, encontrarás formas de entrar en diferentes ritmos y podrás llegar a sincopar.
Gran sensación de logro al aprender cosas nuevas
A los niños les encanta aprender cosas nuevas cuando se les anima adecuadamente, y a los adultos no les pasa lo mismo. A un perro viejo se le pueden enseñar trucos nuevos, siempre que esté interesado en aprender. Una vez superado el miedo a probar cosas nuevas, es estupendo volver a darse cuenta de que aprender es un placer. Sobre todo cuando al final se consigue un truco tan divertido.
Alivio del estrés y mayor sensación de bienestar
No se puede aprender a hacer malabares y pensar al mismo tiempo en todos los males del mundo. Sencillamente, no funciona. Al concentrarte en los malabares, tu mente se aleja de todo lo demás y tienes la oportunidad de relajarte. Es un gran alivio del estrés.
Aprender a dividir los problemas en partes manejables
Se trata de un problema bastante complicado que podemos simplificar descomponiéndolo. Una vez que has pasado por este proceso con un ejemplo obvio como los malabares, es más fácil ver cómo aplicar técnicas similares a la vida cotidiana.
Mejora la capacidad de concentración
Los malabares se parecen un poco a la magia en que, cuando la gente los ve por primera vez, se queda asombrada. Es ese asombro lo que generalmente da a la gente el deseo de concentrarse durante un tiempo cuando aprende, y una vez que se acostumbra a aplicarse para aprender algo en un campo, esa capacidad de aplicarse puede transferirse a otros.
Aumenta la confianza en uno mismo
La confianza interior sólida nace del hecho de que sabes que eres capaz. Cada vez que aprendes algo nuevo, estás demostrando que eres capaz de algo más. Cuando la gente se da cuenta de que puede hacer cosas increíbles, como habilidades circenses, se da cuenta de que es capaz de mucho más.
Provoca interés por el aprendizaje permanente
Aprender cosas nuevas es divertido, pero a veces nos quedamos estancados, ya sea por fracasos anteriores o simplemente por falta de estímulo. Aprender a hacer malabares y otras habilidades circenses es un paso sencillo para recordarte a ti mismo que aprender cosas nuevas es divertido, y que eres capaz de hacerlo.
Tan competitivo como quieras
Se puede ser competitivo haciendo malabares o con otras técnicas circenses, como con cualquier otra cosa, pero el enfoque de nuestros talleres se basa en la cooperación. Ayudándonos unos a otros a aprender, todos conseguimos más.
Y sobre todo, es divertido
A los niños les encanta, pero lo más sorprendente es que a los adultos también. Los niños simplemente se ponen manos a la obra y aprenden como si fuera lo más natural del mundo. Los adultos suelen tener que romper algunas barreras más cuando intentan estas cosas, y es increíble lo mucho que se ríen mientras lo hacen.
Visita la sección de actividades donde tenemos una gran variedad de talleres y actividades para los pequeños y grandes de la casa.
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